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Sexualidad y «a mi no me va a pasar..»

Muchos jóvenes adolescentes,  creen que «son invulnerables», y que no sienten que corren riesgos ni ante un accidente, ni ante un posible embarazo o ante una enfermedad de transmisión sexual (ETS). Cualquiera de ellos les puede cambiar el rumbo de su vida.

A ésta maravillosa edad –la adolescencia- se despierta esa sexualidad, que todos llevan desde el nacimiento, y que es ahora cuando irrumpe bruscamente en su vida, como la lava que sale de un volcán en plena erupción. Una sexualidad bien orientada puede ser generadora de un sinfín de satisfacciones, pero con una mal orientación puede dar lugar a un enorme cúmulo de problemas. Y todo dentro del marco de la afectividad y de la libertad.

No se puede dar la espalda a una realidad y se debe reconocer que el número de situaciones conflictivas que viven los adolescentes en relación a su sexualidad va cada día en aumento.

Son numerosos los estudios que confirman que tres de cada cuatro jóvenes han mantenido relaciones sexuales antes de los 18 años y que, a pesar de la impresión general, la mayoría disponen de escasa formación sexual (por ejemplo, creen erróneamente que las ETS les ocurren a personas promiscuas o que tienen «malas» costumbres). También esta confirmado que  el número de madres adolescentes en España va en aumento, y que un tercio de ellas termina enfrentándose a su maternidad en solitario. La mitad de los embarazos de estas adolescentes van a terminar en un aborto (o sea, el 15% del total de abortos que se producen en España). Y por si fuera poco uno de cada tres chicos no utiliza ningún método anticonceptivo en sus primeras relaciones sexuales.

Para los padres el despertar de la sexualidad de sus hijos, junto con el consumo de drogas, va a ser la parcela de la adolescencia que más les preocupa. De la sexualidad les agobia no poder controlar que cuando decidan tener relaciones sexuales lo hagan de manera responsable; o sea que lo hagan cuando estén preparados para ello y tomando las precauciones necesarias. Ellos y ellas serán los que decidan el “cuando”.

En cuanto al “cómo”, han de ser seguras; no es suficiente un anticonceptivo, que podría evitar un embarazo pero no una enfermedad de transmisión sexual (ETS); aquí haría falta, además, el uso de un preservativo. Y cuando se habla de ETS no se hace sólo del SIDA, ya que hay otras muchas infecciones: herpes genital, clamidias, gonococias, sífilis,… Nombrado al SIDA vale la pena recordar que se trata de una enfermedad crónica que puede ser mortal, y que el riesgo de contraerla aumenta con un número creciente de compañeros sexuales, el uso de drogas intravenosas, las relaciones sexuales anales, cualquier tipo de relaciones sexuales sin el uso de preservativos (oral, anal o vaginal), los tatuajes y el “agujerearse” el cuerpo con agujas o instrumentos contaminados (sin esterilizar). El consumo de bebidas alcohólicas o de drogas convierte a la práctica sexual en más impulsiva, disminuyendo la posibilidad del uso del preservativo.

¿QUE PUEDEN HACER LOS JÓVENES Y LOS ADOLESCENTES ?

Cuando decidan libremente tener relaciones sexuales, éstas han de ser responsables y seguras. Por un lado la prevención del embarazo, y por otro la de las ETS. Las jóvenes son especialmente vulnerables a las ETS y una de las mejores formas de protegerlas es protegiendo a los jóvenes de sexo masculino. En algunos países se está fomentando la abstinencia, por otro lado estimulan a los jóvenes de sexo masculino a usar preservativos y a las de sexo femenino a exigir su uso. Y es imprescindible que ellos sepan identificar los signos de las ETS para inmediatamente ponerse en manos de su médico.

INFORMACIÓN HASTA LA FORMACION

En la actualidad se piensa que el incremento de infectados se debe a que la población se ha descuidado pensando que el SIDA ya no mata. Los jóvenes ya no lo ven como un problema de vida o muerte, pero sí lo es. Los fluidos corporales que transmiten el VIH son la sangre, el semen (incluyendo el líquido preseminal), el fluido vaginal, la leche materna y otros fluidos corporales que contengan sangre. No se conoce de ningún caso en el que el niño infectado con VIH le haya transmitido el virus a otro niño en el curso de las actividades escolares. Los mensajes de prevención del SIDA/ ETS, así como de embarazos no deseados, dirigidos a jóvenes no pretenden condenar o promover la sexualidad, sino convertirse en un acto de responsabilidad frente a una grave amenaza de la salud.

EN LA FAMILIA, EN LA ESCUELA

En materia de sexualidad queda mucho camino por recorrer todavía. Todos los centros educativos deben incrementar sus esfuerzos por enseñar y formar más sobre relaciones afectivo-sexuales. Y las familias deben ver la sexualidad como algo más natural. La educación en las escuelas iniciada a temprana edad y que se continúe durante la adolescencia, se puede convertir en una herramienta fundamental.

La educación no solo deberá dar información sobre la transmisión del VIH/ETS, sino que deberá incluir información sobre cómo usar el preservativo, la creación de ciertas habilidades que ayuden a los adolescentes a posponer el comienzo de la actividad sexual y también ofrecer información sensible acerca de la homosexualidad, el uso de las drogas y el alcohol.

Cada año habrán nuevos adolescentes o jóvenes que no han vivido las campañas de prevención de años anteriores; de ahí que la prevención de los distintos problemas y de la infección por el VIH deberá ser dinámica y continua, promocionando hábitos de vida saludables entre la población adolescente y juvenil.

 

Dr. Antonio Redondo Romero
Pediatra – Alicante
Hospital Vithas Medimar Internacional